Construimos relaciones duraderas basadas en la confianza y el servicio excepcional.
Prestamos servicios integrales en las áreas del Derecho Comercial, Civil y Laboral, acompañado de Asesoría tributaria y financiera pertinente para cada rama. Buscamos convertirnos en su socio estratégico de confianza, ofreciendo soluciones jurídicas y financieras que generen un impacto positivo y tangible en su negocio.
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Expertos en derecho civil, brindamos soluciones legales eficientes y personalizadas.
Te ayudamos y guiamos para cumplir tus obligaciones fiscales.
Hacemos respetar y defendemos tus derechos y resolviendo conflictos laborales.
Sabemos que puede ser difícil manejar las finanzas, pero nosotros estamos aquí para ayudarte. Ofrecemos servicios financieros integrales con un enfoque en la precisión y la eficiencia, asegurando que todas tus operaciones financieras estén en orden.
Aquí encontrarás las respuestas a las preguntas más frecuentes de nuestros clientes. Si tienes dudas similares, es posible que encuentres la respuesta en esta sección. Si no es así, no dudes en escribirnos. ¡Estamos aquí para ayudarte!
La diferencia principal entre un contrato comercial y un contrato civil radica en
el tipo de actividades que regulan y las partes involucradas.
Un contrato comercial se refiere a acuerdos que se realizan entre
comerciantes o empresas en el contexto de actividades comerciales. Estos
contratos están regidos por el derecho mercantil y suelen involucrar
transacciones de bienes o servicios con fines de lucro. Por ejemplo, un contrato
de suministro entre dos empresas.
Por otro lado, un contrato civil se refiere a acuerdos que pueden ser
entre particulares y no necesariamente tienen un fin comercial. Estos contratos
están regulados por el derecho civil y pueden abarcar una amplia gama de
situaciones, como arrendamientos, donaciones o acuerdos de préstamo entre
individuos.
En resumen, la principal diferencia está en el contexto y las partes
involucradas: los contratos comerciales son para actividades empresariales,
mientras que los contratos civiles son más generales y pueden involucrar a
cualquier persona.
Si te incumplen un contrato, lo primero que debes hacer es revisar los términos
del mismo para entender qué obligaciones no se han cumplido. Dependiendo de la
gravedad del incumplimiento, puedes considerar estas opciones:
- Comunicación: Habla con la otra parte para ver si se puede resolver
el problema de manera amistosa. A veces, un simple malentendido puede
solucionarse con una conversación.
- Documentación: Asegúrate de tener toda la documentación relacionada
con el contrato y el incumplimiento. Esto puede incluir correos electrónicos,
mensajes o cualquier prueba que respalde tu caso.
- Asesoría legal: Si la situación no se resuelve, puede ser útil
consultarnos, y solicitar asesoría sobre tus derechos y las posibles acciones
legales que puedes tomar.
- Mediación o arbitraje: Algunos contratos incluyen cláusulas que
requieren mediación o arbitraje antes de llevar el caso a los tribunales. Esto
puede ser una opción más rápida y menos costosa.
- Acciones legales: Como último recurso, podrías considerar presentar
una demanda si el incumplimiento ha causado daños significativos.
Recuerda que cada situación es única, así que es importante evaluar tus
opciones y actuar de acuerdo a lo que mejor se adapte a tu caso.
¡Sí! Existe un proceso especial diseñado para comerciantes y prestadores de servicios que no emitieron factura, pero que vendieron un producto, ofrecieron un servicio o mantuvieron una relación contractual con el deudor, incluso si el contrato fue verbal. Este proceso es aplicable a deudas que no superen los 40 salarios mínimos legales mensuales vigentes para el 2025 en Colombia, lo que equivale a $56.940.000. El Código General del Proceso establece el proceso monitorio para facilitar este tipo de cobros.
Un proceso ejecutivo es un procedimiento judicial que tiene como finalidad el
cumplimiento forzoso de una obligación de pago, generalmente de una deuda. Se
utiliza cuando una persona (el acreedor)
desea obtener el cobro de una cantidad de dinero que le debe otra persona (el
deudor) y busca que un juez ordene el cumplimiento de esa obligación.
Características principales de un proceso ejecutivo:
Naturaleza de la deuda: Se basa en una obligación clara, expresa y
exigible, normalmente documentada en un título ejecutivo, como un contrato, una
letra de cambio, un pagaré, entre otros.
Procedimiento rápido: Este tipo de proceso es más ágil en comparación
con otros procedimientos civiles, ya que busca una solución rápida para el
acreedor.
Título ejecutivo: Para iniciar el proceso, el acreedor debe presentar un
título ejecutivo que acredite la existencia de la deuda. Este documento es
fundamental para que el juez admita la demanda.
Oposición limitada: El deudor tiene opciones limitadas para oponerse a
la acción ejecutiva. Por lo general, solo puede plantear excepciones que estén
relacionadas con el título o con la existencia de la deuda.
Embargo de bienes: Como parte del proceso, el juez puede ordenar el embargo de
bienes del deudor para garantizar el cumplimiento de la obligación, lo que
permite al acreedor recuperar su dinero en caso de que se dicte una sentencia
favorable.
Sentencia: Al final del proceso, el juez emite una sentencia que puede
ordenar el pago de la deuda y, en su caso, el levantamiento de embargos o la
ejecución de otros actos necesarios para el cumplimiento de la obligación.
Ejecución forzosa: Si el deudor no cumple con la sentencia, el acreedor puede
solicitar la ejecución forzosa de la misma, lo que puede incluir la venta de los
bienes embargados.
El proceso ejecutivo es una herramienta importante en el ámbito del derecho
civil y mercantil, ya que permite a los acreedores reclamar sus derechos de
forma efectiva y eficiente.